La cocina es una de mis pasiones, adoro cocinar y disfrutar de una mesa rodeada de amigos. Disfruto visitando cocinas diferentes a la mía, y reconozco que ha sido un año lleno de emociones buenas. Sois muchos los que habéis hecho mis días mucho mas dulces, he conocido gente extraordinaria y se que con algunas tengo mucho camino por andar, o por lo menos así lo espero.
Estos días han sido muy ajetreados con la creación del The blog. Ha sido un constante ir y venir de mails, en los que las palabras se atropellaban, y el tiempo no daba mas de si.
Pero he tenido tiempo para pensar, pensar en mi familia, en mis amigos y en mi. Sobre todo en mi, parece que cuando pensamos en nosotros somos egoístas, y nada mas lejos de la realidad. Siempre que estos pensamientos sean compartir nuestra vida, hacer a los demás partícipes de ella.
Según pasan los años me doy cuenta de que necesito ir quemando etapas en mi vida, para emprender otras que me hagan soñar y volar. Antes pensaba que era inconstante, quizás alguien pueda pensar que así es. Lo cierto es que necesito crear, crear en todo momento, mis manos y mi cabeza no paran.
Es momento de cerrar de esta ventana al mundo. Necesito tiempo para disfrutar de mis paseos matutinos y de tardes inmersas entre toboganes y bicicletas. Necesito tiempo para conseguir aclararme con las velocidades y las aperturas de mi cámara. Necesito tiempo para trabajar remuneradamente. Y sobre todo necesito tiempo para disfrutar en meter las manos en la masa y no pensar en si es de día o de noche.
Tengo muchos sueños y uno de ellos sería ser una gran food stylist, pero tengo mucho camino por andar, y mucho tiempo y dinero que invertir. Así que llegó el momento de tomar decisiones, y esta ya está tomada. No es un adiós, solo un hasta luego, nunca se sabe si la cocina de El día más dulce volverá abrir. Pero si lo hace será con mas fuerzas y con mas ganas que nunca.
Seguiré visitando vuestras cocinas, aunque menos de lo que me gustaría. Podéis seguir mi trabajo en The Blog, Flickr, y en Mi mundo.
Mil besos